jueves, 20 de enero de 2011

Inventando historias con nombres

Había una vez dos hermanos, que buscabam trabajo se llamavan Bienvenido y Victoria. Buscavan un trbajo que les ayudara a pagar la hipoteca (estavan hartos de perdir créditos al banco),fueron al haspital para hacer una estrevista de trabajo, alli des atendió la enfermera Dolores. Ella dijo que solo había un puesto, los dos se pelearon hasta que Dolores gritó tan pero que tan fuerte que un paciente en coma despertó. Ella dijo que con esa actitut ninguno de los dos podria ser contratado.

Luego fueron a otra entrevista para ser bomberos donde les atendió Inocencio, el los saludo y nada mas terminat el saludo empezó a gritatr y decir:- cincuenta flexiones, luego treinta abdominales, ...
Cuando terminaron de hacer todas esas duras pruebas Inocencio les dijo:- a... lo siento... ese puesto ya estava cojido, perdon por hacerles haver hecho esas pruevas , a decir verdad ese puesto estava cojido por mi sobrino Martino solo puse ese anuncio en el periodoco para disimular que se lo dava a alguien de mi familia... Bienvenido y Victoria estavan tan enfadados que lo cojieron entre los dos y casi lo matan de la fuerte paliza que le dieron.

Finalmente encontraron otro trabajo que digamos les "pegaba". Bienvenido encontró trabajo de recepcionista de hotel,donde todo el tiempo decia:- Bienvenidoa al hotel paraiso. Mientras Victoria se hizo corredora profesional asta su cara salia en cajas de cereales.

FIN
Rocío Gisel Rodríguez

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Marina, Victoria y Silvestre vivían juntos. Ya tenían 25 años. Día 2 de enero era su primer día de trabajo: Marina era marinera; Victoria era médico y Silvestre era profesor. A las 5:00h de la mañana se levantó Marina para ir al barco. Victoria y Silvestre se levantaron a las 7:30h. Los tres estaban muy nerviosos, Marina le encantaba la pesca tenía su propia lancha, iba a pescar cada sábado y domingo. Victoria des de pequeña quería ser médico y Silvestre quería ser profesor. Ha Marina le encantó su primer día, hizo de todo. Victoria también le gustó, atendió a tres pacientes. Silvestre también le gustó, pero le tocó la clase de los más pequeños así que… ¡un desastre la clase! los alumnos iban de un lado a otro, pero le encantó, le gustaban los niños.

A las 3:30h quedaron para ir a casa a comer de un buen pescado de Marina. A Victoria y a Silvestre le encantaron el pescado de Marina.
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